El laberinto urbano: Movilidad, seguridad y exclusión en las ciudades mexicanas

Autor: Carlos Mancilla

Director de Bcsicletos 

Reflexionando desde La Paz, Baja California Sur


Las ciudades mexicanas son escenarios de contrastes profundos, donde la movilidad y la seguridad vial están estrechamente vinculadas con problemáticas urbanas como la desigualdad social, la segregación espacial y la falta de acceso a servicios básicos y vivienda digna. La movilidad no puede entenderse sólo como un tema de infraestructura o transporte, sino como un fenómeno complejo que refleja y reproduce desigualdades estructurales.

Autores como David Harvey (1973) y Henri Lefebvre (1968) han destacado que el espacio urbano es un producto social, donde las dinámicas de poder y exclusión se materializan en calles, avenidas y sistemas de transporte. En México, estas desigualdades se manifiestan en una movilidad que privilegia a ciertos grupos mientras marginaliza a otros.

La desigualdad en la movilidad urbana

Uno de los principales problemas en la movilidad de las ciudades mexicanas es su carácter desigual. Según Saskia Sassen (1991), las ciudades globales están marcadas por una polarización social que se refleja en el acceso diferenciado a los servicios urbanos. En México, esto se traduce en un transporte público insuficiente y saturado, en contraste con el uso predominante del automóvil privado en zonas de mayores ingresos.

«La movilidad es un derecho ciudadano, pero en las ciudades latinoamericanas se convierte en un privilegio». Jordi Borja (2003)

Esta desigualdad afecta la calidad de vida y tiene implicaciones directas en la seguridad vial. Las calles y avenidas, diseñadas principalmente para el tránsito vehicular, se convierten en espacios hostiles para peatones y ciclistas, especialmente en zonas periféricas donde la infraestructura es precaria o inexistente.

Seguridad vial y exclusión social

La seguridad vial no puede separarse de las condiciones socioeconómicas. Mike Davis (2006) señala que las urbes del Sur Global presentan una «urbanización de la pobreza», donde la falta de planeación y los efectos del capitalismo tardío generan entornos inseguros. En México, esto se refleja en altos índices de siniestros viales que afectan desproporcionadamente a los sectores más vulnerables.

Como apunta Teresa Caldeira (2000), «la inseguridad urbana no es solo un problema de violencia criminal, sino también de diseño urbano y exclusión social». Las calles mal iluminadas, la falta de cruces peatonales seguros, la carencia de infraestructura ciclista y la construcción de puentes y pasos a desnivel como falsas soluciones reflejan un modelo de ciudad que prioriza el tránsito vehicular sobre las personas.

Factores que agravan la problemática de la movilidad y seguridad vial

Algunas de las principales problemáticas que agravan la movilidad y la seguridad vial en México incluyen:

  • Infraestructura deficiente: Falta de espacios adecuados para peatones y ciclistas, diseño urbano centrado en el automóvil y transporte público ineficiente.
  • Desigualdad en el acceso a transporte: Mientras algunos sectores disfrutan de vehículos privados y vialidades modernas, otros dependen de sistemas de transporte saturados e inseguros.
  • Falta de planificación urbana: La urbanización desordenada y la segregación espacial generan largos desplazamientos diarios en condiciones precarias.

Hacia un modelo de movilidad justo y sostenible

Para transformar las ciudades mexicanas en espacios más justos y seguros, es necesario implementar estrategias integrales que aborden la movilidad desde una perspectiva de derechos y justicia social. Algunas acciones clave incluyen:

  • Mejorar el transporte público: Ampliación y modernización de los sistemas de transporte con un enfoque inclusivo.
  • Priorizar la movilidad activa: Diseñar calles seguras para peatones y ciclistas, con infraestructura accesible y sustentable.
  • Promover políticas urbanas equitativas: Planificación del territorio con criterios de inclusión, accesibilidad y reducción de desigualdades.

En conclusión, la movilidad y la seguridad vial en las ciudades mexicanas son problemas complejos que no pueden abordarse de manera aislada entre ellas ni con las demás manifestaciones de las desigualdades urbanas. Como afirma Henri Lefebvre (1968), «el derecho a la ciudad es el derecho a no ser excluido de la vida urbana». En el país, este derecho sigue siendo inaccesible para los sectores más marginados, mientras que otros lo disfrutan como un lujo.

Para avanzar hacia ciudades más justas y sostenibles, es crucial repensar la movilidad desde una perspectiva integral, que priorice la seguridad y el derecho a la ciudad de todas las personas, en el marco de una crisis climática global.


Bibliografía

Borja, J. (2003). La ciudad conquistada. Alianza Editorial.

Caldeira, T. (2000). City of Walls: Crime, Segregation, and Citizenship in São Paulo. University of California Press.

Davis, M. (2006). Planeta de ciudades miseria. Foca Ediciones.

Harvey, D. (1973). Social Justice and the City. Johns Hopkins University Press.

Lefebvre, H. (1968). El derecho a la ciudad. Península.

Rolnik, R. (2019). Guerra de los lugares: La colonización de la tierra y la vivienda en la era de las finanzas. Planeta.

Sassen, S. (1991). The Global City: New York, London, Tokyo. Princeton University Press.

Soja, E. (2000). Postmetrópolis: Estudios críticos sobre las ciudades y las regiones. Traficantes de Sueños.


1 Falta de acceso a la vivienda, gentrificación, desplazamiento urbano, blanqueamiento y disneylandización del espacio público, turistificación, entre muchas otras.

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