Sergio Andrade-Ochoa y Freddy Moo Mendoza
Las gasolineras son lugares de gran tránsito vehicular y peatonal. Los automovilistas acuden a ellas para llenar sus tanques de combustible, pero los peatones también las utilizan para realizar compras en las tiendas de conveniencia y otros servicios que ofrecen. Además, este tipo de instalaciones se encuentran en sitios en donde coinciden otros medios de movilidad como sistemas de transporte y ciclovías. Sin embargo, los accesos inseguros a las gasolineras pueden representar un peligro para los peatones, lo que hace necesario analizar este problema y proponer soluciones para minimizar los riesgos asociados a él.
- Accesos que no son autoexplicables.
Los accesos inseguros a gasolineras son una problemática que puede presentarse de diversas maneras. Uno de los problemas más comunes es que son espacios poco legibles. En la mayoría de las ocasiones, los peatones comparten el trayecto con la misma entrada que los vehículos, lo que puede generar situaciones de riesgo. Dichas entradas y salidas invaden por completo el espacio peatonal y por lo general no cuentan con señalizaciones adecuadas que indiquen el flujo correcto de ingresos y egresos, lo que aumenta el riesgo de accidentes graves, especialmente para peatones y ciclistas.
2. Accesos poco incluyentes.
Otro problema que puede presentarse en las gasolineras es la falta de mantenimiento de las vías de acceso peatonal. En muchas ocasiones, las aceras presentan obstáculos, como baches o desniveles, que pueden dificultar el tránsito de los peatones y aumentar el riesgo de caídas o tropiezos. Además, en algunas ocasiones, las entradas y salidas se convierten en rampas de acceso para vehículos, pero cuya inclinación es un problema para las personas usuarias de silla de ruedas. Además, los ingresos de vehículos a las gasolineras suelen ser bastante amplios, hablamos de que la acera se convierte en un espacio compartido con vehículos y que no se señala correctamente, siendo un problema especialmente para personas con discapacidad visual.
FACT. En un ejercicio ciudadano liderado por Libre Acceso A.C. se puso en evidencia que los ingresos inadecuados de las gasolineras representan una de las principales preocupaciones para la movilidad autónoma de personas con discapacidad.
3. Accesos que promueven la velocidad.
La amplitud de los accesos favorece que los conductores de vehículos no respeten los límites de velocidad, pues el diseño favorece radios de giro amplios donde el conductor tiene su atención puesta en cómo ingresar y no en las demás personas usuarias con las que se comparte el espacio, lo que aumenta el riesgo de accidentes con peatones y ciclistas. Además, estos ingresos amplios también se utilizan como estacionamiento lo que reduce el espacio disponible y la visibilidad para los peatones y aumenta el riesgo de accidentes.
Redistribuir el espacio y regular los ingresos para mejorar la accesibilidad y la seguridad vial.
Para solucionar los problemas de accesos inseguros a gasolineras para los peatones, se deben implementar diversas medidas. En primer lugar, se debe redistribuir el espacio y regular los ingresos para que las y los peatones puedan identificar claramente las zonas de tránsito y los conductores puedan visualizarlos con facilidad, pero, sobre todo, esta medida favorece que los vehículos ingresen a velocidades adecuadas, permitiendo reacciones de conducción óptimas y que ningún siniestro vial termine en fatalidad.
FACT. En un ejercicio realizado en la gasolinera de Patriotismo en Ciudad de México, observamos que los accesos amplios favorecen que los vehículos ingresen a una velocidad promedio de 38.5 ± 3.3 km/h. Cuando las dimensiones de los ingresos disminuyen y se gana espacio peatonal la velocidad de los vehículos disminuye también hasta a unos 22.1 ± 0.8 km/h. Es decir, el cambio en la velocidad se redujo a más de 10 km/h.
En cuanto a la accesibilidad peatonal, es importante que las gasolineras cuenten con aceras en buen estado, libres de obstáculos y que mantengan su continuidad para facilitar la movilidad de todas las personas. Al reducir los accesos a las gasolineras también se evita que lo vehículos se estacionen en áreas destinadas para el flujo peatonal. Además, debido al amplio espacio que representan, se pueden implementar medidas como rediseñar el espacio para que el entorno conviva con áreas verdes y transporte público, con el fin de impulsar dinámicas más amigables y sostenibles en el entorno.
Finalmente, es importante visibilizar la forma en que el entorno urbano convive con servicios privados como las gasolineras y las distintas formas en las que los individuos se vulneran debido a un diseño urbano que no pone la escala del cuerpo como eje transversal en la planeación, la movilidad y el cuidado. Por tanto, repensar y rediseñar la forma de los accesos a las gasolineras es una política de movilidad y de seguridad vial, pero también de derechos humanos, salud pública y sostenibilidad.